Los bebés amamantados ya cuentan con esa ventaja, anotan los expertos
Una revisión reciente de los estudios halla que complementar la fórmula infantil con ácidos grasos omega 3 en un esfuerzo por mejorar la vista de los bebés parece tener un beneficio para el desarrollo temprano de la visión.
Sin embargo, los expertos anotan que los bebés amamantados ya toman los omega 3 en forma natural con la leche de sus madres.
El Dr. Michael Bloch, profesor asistente del Centro de Estudios de los Niños Yale en New Haven, Connecticut, y colegas, analizaron 19 ensayos aleatorios controlados que contaron con casi 2,000 bebés de un año o menos de edad. Un ensayo aleatorio controlado es uno en que las personas se asignan al azar a distintos grupos. Un grupo recibe el tratamiento, y el otro no (el grupo de “control”).
“Según nuestras mejores medidas, [la complementación] parece ayudar con el desarrollo visual”, concluyó Bloch.
El estudio, financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., aparece en línea el 17 de diciembre y en la edición impresa de enero de la revista Pediatrics.
Marion Nestle, profesora distinguida del departamento de nutrición, estudios alimentarios y salud pública de la Universidad de Nueva York, quien no participó en el nuevo estudio, explicó cómo se comenzó a completar la fórmula con omega 3.
“Las compañías productoras de fórmula lucharon arduamente para conseguir que la [Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU.] permitiera los omega 3 en la fórmula infantil para poder usarla para el mercadeo, y para aumentar los precios”, comentó Nestle. “Ahora, todas las fórmulas infantiles los contienen. Los defensores de los omega 3 están ansiosos por probar que son beneficiosos. Algunos estudios dicen que sí, otros que no”.
Bloch, autor de la revisión, dijo que había dudado de la necesidad de completar con omega 3, conocidos más específicamente como ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (AGPCL).
“Inicialmente, me mostraba bastante escéptico de que complementar la fórmula infantil con AGPCL produciría una diferencia mensurable en el desarrollo infantil en cualquier forma, y creía que quizás [esa complementación] era un desperdicio de dinero y un gasto innecesario para los padres”, comentó Bloch.
Pero, añadió, “según los hallazgos del metaanálisis actual, diría que esa opinión probablemente estaba equivocada, y que vale la pena gastar el dinero para que la fórmula se complemente con AGPCL (que es el estándar en EE. UU.)”.
Evaluar la vista de los bebés es obviamente más complejo que hacerlo en niños mayores. Los estudios del análisis usaron métodos conductuales o un estudio del cerebro llamado potenciales visuales evocados (PVE).
“Los métodos conductuales dependen de la observación de las preferencias visuales del bebé para determinar su agudeza visual, mientras que los PVE examinan la actividad eléctrica del cerebro”, explicó Bloch. “Dicho de otra forma, probablemente las medidas de los PVE tengan más precisión y menos interferencia, y por tanto una mayor capacidad de detectar una diferencia”.
Los estudios cerebrales mostraron un beneficio significativo para la agudeza visual con la complementación de la fórmula a los dos, cuatro y doce meses de edad, mientras que las pruebas conductuales mostraron un beneficio significativo a los dos meses.
Los investigadores habían esperado observar los efectos de la complementación sobre la vista hasta los 18 meses de edad, pero no había suficiente evidencia disponible.
Lo que los hallazgos podrían significar tras el primer año del bebé no está claro, enfatizó Nestle, de la NYU.
“El punto es que el efecto es pequeño pero medible, pero su significado a largo plazo no está claro”, dijo Nestle. “¿Tendrán los bebés que reciben fórmula complementada con omega 3 una mejor vista en la adultez que los adultos que recibieron fórmula ante de la complementación? Esa es la pregunta importante”.
Bloch, autor del estudio, se mostró de acuerdo. “Según los datos actuales disponibles, es difícil decir si esto solo logra que los bebés desarrollen la agudeza visual antes, o si lleva a un mejor resultado final”, planteó.
Pero estos nutrientes son importantes, añadió.
“No todas las grasas son iguales”, dijo Bloch. “Nuestro organismo puede producir algunas grasas, y algunas deben ser obtenidas de la dieta”. Apuntó que los complementos incluyen “los dos AGPCL principales que constituyen una parte estructural integral de las membranas de las células del sistema nervioso central y de la retina”. Podrían ser particularmente importantes para el desarrollo visual de los bebés, anotó.
Pero esto no sugiere de ninguna manera que la fórmula infantil complementada podría ser mejor que la leche materna, señalaron ambos expertos, o que los bebés amamantados podrían también beneficiarse de los complementos de omega 3.
“La leche materna es rica en AGPCL”, apuntó Bloch. “La meta general de la complementación de la fórmula es hacer que se parezca todo lo posible a la leche materna. Claramente, que la madre amamante y coma una dieta sana es bueno para los niños amamantados”.
Nestle anotó que los omega 3 solo se comenzaron a añadir a partir de principios de los 2000. “Hasta entonces, los bebés alimentados con fórmula no recibían los omega 3 de cadena larga a partir de los complementos”, comentó. “De alguna forma, lograron crecer con una vista buena. Es difícil saber qué tan significativo es esto clínicamente”.
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